Inauguración: Sábado 5 de Julio, 14h
Identificar objetivos, formular estrategias, disponer de humor, imaginación, creatividad; ser capaz de elegir una dirección, también de desorientarse y reorientarse, de asumir roles, de identificarse (o no); de apelar a los sentidos, a la performatividad; estar dispuesto a seguir las reglas (o no), a pensar, reconsiderar, armar, desarmar y volver a construir. Entregarse a configurar realidades variadas, alternativas, novedosas, quizás inesperadas.
Estas son algunas de las disposiciones necesarias para jugar… además de hacerlo con y ser partícipe de… La experiencia estética demanda algo similar: un co-jugador (Hans Gadamer), que sea capaz de experimentar sentidos y lecturas. Las exigencias de la vida son (casi) las mismas, lo que varía es lo que está “en juego”, lo que se arriesga…
El concepto del “juego” y su analogía con la “vida” están en la base de esta exposición. Algunas referencias literarias lo acompañan, como el libro Rayuela de Julio Cortázar, quien bajo el nombre de un antiguo juego propone un viaje singular con el que instala en su novela una nueva lógica y, con ella, define otro tipo de lector.
En esta muestra, como Rayuela (la novela y el juego), cada uno construirá su propia ruta, elegirá su camino a partir de jugar con los artistas seleccionados, de involucrarse y aceptar el desafío que cada obra propone. Elecciones que modificarán la percepción y la “aventura” –el juego– de cada uno, marcando –como en la vida– lo singular, pero también el encuentro con el otro.
Imagen: Pierre Ardouvin, La roue de la fortune, 2013 © Didier Robcis