Esta intervención situada en la plaza de las instalaciones del Antiguo Hotel de Inmigrantes, implica un conjunto de 10 mástiles que formalmente parecen cruces y que reivindican la inmigración.
En palabras de la artista: “Los argentinos descendemos de los barcos. En Argentina desde 1911, el Hotel de Inmigrantes, recibió enormes corrientes migratorias que cruzaron el Atlántico y llegaron a representar entonces más del 25% de la población. (...) No puedo olvidarme de que inmigrantes somos todos. Por ende ‘Dios es inmigrante’. Supuestamente está en todos lados, tiene el don divino de la ubicuidad. A todas partes sin pasaporte. Inmigrante de lo sucesivo. Genio. ¿Y a dónde huiré de tu presencia?’. Avancemos. Las ideas universales son inmigrantes”.