Inauguración: Jueves 4 de diciembre, 19 h
A partir de un ensayo de vinculación entre la producción humana y la naturaleza, Camilo
Guinot propone una instalación escultórica de gran formato emplazada en el edificio.
Realizada con ramas recolectadas de la poda o caídas (no se cortan ramas adrede), su proyecto está basado en el vínculo entre producción humana y naturaleza: “la relación entre lo arquitectónico y lo orgánico, así como también el ciclo y transformación de la materia” es para el artista la clave de su búsqueda. Esto se materializa en “una especie de red neuronal vegetal de gran tamaño que toma en cuenta, también, la relación física y perceptiva entre la obra, el entorno y los espectadores, para generar una disrupción en el espacio de su emplazamiento”.
La palabra ‘huésped’, en biología, se refiere a un organismo que alberga a otro en su interior o que lo porta sobre sí. Simbiosis de parasitismo, comensalismo o mutualismo son los vínculos posibles que resultan significativos para reflexionar sobre la práctica artística, su contexto y las problemáticas contemporáneas en la crisis del antropoceno. Esta muestra dialoga, dentro de la cartografía BIENALSUR, con la serie de capítulos del proyecto
Invocaciones que se desarrolla en las sedes de Milán y Roma, así como con la que se lleva adelante en Nápoles. En su vínculo entre lo humano y lo no humano, también está ligada al proyecto que se presenta en San Juan, Argentina, entre otros.
Finalizada la exhibición, las ramas volverán a su destino prefijado de desecho como resultado de la poda. El artista realiza este proceso de modo singular, generando una obra de sitio específico que en cada caso asume características diferentes; se adapta tanto en términos materiales como procesuales, en su escala como en la dimensión simbólica que adopte.
Imagen: Camilo Guinot, Deriva Constructiva, 202. Crédito: Horacio Volpatto