Para esta segunda etapa del museo abandonado, se invita a un grupo de artistas cordobeses, a producir una serie de obras que existirán y se integrarán en el espacio público, en este caso el barrio Kronfuss de la ciudad de Córdoba.
Como en la anterior oportunidad intentaremos dilucidar en qué consiste y cómo se genera la capacidad de un objeto/obra para convertirse en un elemento catalizador de sentidos pero que finalmente dependen del observador y del contexto.
En este caso los tres invitados no son estudiantes, sino artistas que ya tienen extensos años de práctica y fuertes lazos con su contexto, lo que genera una situación más interesante, ya que restablecen y visualizan esos vínculos proponiendo trabajos específicos que se arriesgan al encuentro con el receptor sin mediaciones ni protecciones.