Inauguración: Miércoles 12 de noviembre, 18 h
El proyecto expositivo, concebido para dialogar conceptualmente con la muestra Villas y jardines de Roma: una corona de delicias, que ocupará los espacios principales del Palazzo Braschi a partir de finales de noviembre, pone en relación dos propuestas site-specific que revelan enfoques distintos sobre el paisaje vegetal contemporáneo.
Por un lado, Matías Ercole, artista argentino que, a través de una técnica pictórica completamente original, desarrollada en clave arquitectónica e instalativa, reflexiona sobre la representación de la naturaleza salvaje de las Américas por parte de los pintores europeos del siglo XIX. A través de la descomposición y el montaje analítico, Ercole pone en diálogo referencias iconográficas distantes entre sí. Las imágenes se transforman, se deshacen, se disuelven y reaparecen bajo nuevas formas, en una progresiva fragmentación de la perspectiva. El gran lienzo instalado en el techo niega su condición de ventana ilusoria para sugerir, en cambio, una inversión de la perspectiva y una intrusión en el espacio circundante. La técnica compositiva revela una tensión adicional y esencial entre pintura y dibujo: en un primer momento el artista cubre uniformemente la superficie con una capa pictórica que define de antemano las cualidades cromáticas de la representación. Sobre este fondo cerrado interviene luego eliminando materia mediante herramientas de raspado (algunas producto de ingeniosas invenciones, otras simples objetos domésticos como estropajos metálicos). El resultado son dibujos en negativo, formas que emergen con distintas intensidades de un sustrato común. La naturaleza salvaje de las Américas, representada a comienzos del siglo XIX por el pintor alemán Johann Moritz Rugendas, se diluye en el fondo, libre de presencias humanas.
Por otro lado, Chiara Bettazzi, artista de Prato, investiga mediante la fotografía y la instalación ambiental la idea de transformación en relación con el paisaje industrial y urbano y con el elemento vegetal. Desde sus inicios, su investigación se ha centrado en la acumulación de objetos de uso cotidiano y su reutilización en composiciones que evocan presencias animadas. En Palazzo Braschi cobran vida objetos domésticos ensamblados con elementos vegetales: un colchón envuelto en sábanas blancas, una tabla de planchar y una mesa de trabajo sostienen una composición de flores y plantas que asoman por uno de sus extremos. La artista escenifica una progresiva mutación de los elementos: lo que anima estas naturalezas muertas de carácter fantasmal son las fotografías, instaladas en una secuencia que testimonia la transformación gradual del sujeto.
Imagen: Matías Ercole, Y ahora que me falta el sol II, 2025 ©fotografiadeobra | Chiara Betazzi