Inauguración: Sábado 12 de julio, 15 h
Primavera silente toma su impulso de Silent Spring (1962), el libro pionero de la científica Rachel Carson que denunció el impacto devastador de los pesticidas sobre los ecosistemas. Carson imaginaba un futuro alarmante: un mundo donde las aves ya no cantan, donde los ciclos vitales se interrumpen. Más de medio siglo después, ese escenario sigue siendo –de manera cada vez más aguda– nuestro presente. Primavera silente parte de esa mudez como una anomalía para observar, escuchar y pensar una presencia sonora y vital en extinción: la de las aves.
En esta exposición, que integra además la gran intervención en el hall del museo, las obras no solo evocan la figura de las aves, sino que hacen del canto perdido una vía de acceso a preguntas: ¿existe una relación entre extinción y obsolescencia? Desde las ruinas ecológicas del presente, ¿qué tecnologías quedan atrás con la desaparición de ciertas formas de vida? La obsolescencia se reproduce entonces por varios caminos. Por un lado, la presencia de tecnologías ya en desuso junto a desarrollos científicos contemporáneos; por otro, una obsolescencia ecológica, en tanto que los recursos naturales son descartables al agotarse para los fines del capital. Finalmente, una dimensión simbólica, por mostrar maneras de mirar la naturaleza, de representarla, de codificarla, que revelan sus fisuras cuando se enfrentan al presente. Esta exposición plantea una interrogación sobre lo que desaparece –y lo que permanece– cuando ciertos sonidos se extinguen.
Imagen: Mariana De Matteis (ARG) Un recuerdo nuevo, 2015-2025