Inauguración 18 de noviembre 18h Visitas: De miércoles a domingos de 14 a 20h, sin reserva previa (se ingresa por orden de llegada respetando el aforo de la sala).
La exposición aborda la idea de herida como lugar de reflexión y reivindicación, y presenta su condición de vulnerabilidad como una fuerza para la lucha. La propuesta insta a escuchar las múltiples heridas abiertas que nos atraviesan y nos interpelan en cuanto comunidad. Aquellas que supuran desde nuestra textura y epidermis: desgarros sociales, coloniales y de género; fracturas raciales, históricas y medioambientales, cuyos cortes y cicatrices nos traspasan y clavan en este mundo. Escribe Chantal Maillard que “la herida nos precede, no inventamos la herida, venimos a ella y la reconocemos”. Las heridas nunca terminan en sí mismas, sino que se extienden por el cuerpo llamándose unas a otras. En estos tiempos de incertidumbre, pensar en la herida y su cicatriz lleva a aprehender la volatilidad y fragilidad en la que estamos sumidos. La herida forma parte de nosotros y desde allí las artistas reconocen su posición de fragilidad con el fin de reconvertirla en potencia. Las piezas se presentan como actos de conexión, hilos que resurgen y tejen una nueva resistencia a partir de los lenguajes artísticos. De esta manera, la muestra ahonda en la poética de la herida, esto es, la significancia de la imagen y la narración ante diversas grietas. Una poética que es necesaria para reconectarnos con los fragmentos de experiencia como vínculo entre nosotrxs y nuestras ausencias y que crea un ejercicio de visibilidad y empoderamiento.
Virginia Roy
Fotografía: Tania Candiani