Take me (I’m yours) es el proyecto que llevan adelante Christian Boltanski y Hans Ulrich Orbist centrado en re-definir y re-crear las reglas del juego dentro de las exposiciones de arte. Por la convergencia de propósitos con BIENALSUR,
los invitamos a llevar adelante una nueva edición de este proyecto que ellos fundamentan en estos párrafos, extraídos de una extensa entrevista. Christian Boltanski: “Hace unos veinte años atrás solíamos encontrarnos con Hans Ulrich en bares […] lo que buscábamos era reinventar los métodos de las exposiciones, no solo de la obra de arte, sino también de la manera en que se exhibe […] el tema es precisamente hablar del gesto, de las reglas y del acto de exponer, pero no necesariamente de las obras […] no deberíamos hablar de las exposiciones en términos de la presentación de artistas, sino de la posibilidad de crear nuevas reglas del juego respecto de la tendencia dominante en el arte en la actualidad. […] Take me (I’m yours) fue un intento de cambiar el modo en que se muestra el arte. Creo que el vínculo entre estos proyectos yace en cierta medida en el cuestionamiento de la idea de Reliquia Sagrada […]. Take me (I’m yours) propone vencer el tabú de que nada se puede tocar en los museos porque la obra es sagrada […]. En ese momento de la historia a todos nos interesaba reflexionar sobre las reglas o más precisamente, sobre lo que era o no era sagrado”.Hans Ulrich Obrist: “Me acuerdo […]. Lo primero que me do Christian […] que me impactó profundamente era que la gente solo recuerda las exposiciones que inventan las reglas del juego. Estas reglas pueden ser disparadores, o reglas espaciales o temporales. […] La idea era que el arte pudiera viajar no como un objeto, sino como una suerte de partitura musical que se pudiera ejecutar hasta cincuenta o cien años después. […] Take me comenzó con una obra de Christian, Quai de la Gare. Nos preguntábamos cómo pasar de la divulgación inmaterial a la material, donde la obra se fragmentara y pudiera llevarse y donde la gente pudiera hacer todo lo que normalmente no se puede hacer en una exposición. […] Take me también se presenta en el contexto de la globalización. Estas exposiciones eran diseñadas para ser globales. […] Édouard Glissant nos alertó de los peligros de la homogenización que van de la mano de la globalización. Por lo tanto, es necesario inventar reglas del juego que hagan que esta homogenización sea más complicada. […] Take me (I’m yours) no es un supermercado. No se trata de volver a la histeria del consumo, hay algo más solemne”.