El punto de partida de la artista para el proyecto presentado en Rosario es el concepto de abstracto como sustancia para reflexionar acerca de cómo los planteos geométricos pueden generar un diálogo continuo para la construcción y concreción de ideas. A través del desarrollo de su trabajo, Dipierro vio la necesidad de incorporar elementos físicos y objetuales concretos para que dialoguen directamente con espacios existentes desde una idea de creación formal más acoplada y articulada al espacio expositivo. El objetivo es guiar la mirada hacia sectores que esperan el “acuse de recibo” del espectador. Las obras pueden calzar, proyectar y demarcar puntos olvidados persiguiendo diversos modos de interpretación, de reflexión crítica y de disfrute de lo que está presente en nuestro cotidiano natural y urbano. En este sentido, proyecta una serie de obras con piezas estructurales y formas geométricas puras. Con cuerpos rígidos en diálogo con materiales blandos y flexibles, explora las particularidades y cualidades propias de cada material. El planteo es “vincular la sustancia material de una roca, un árbol, de una masa orgánica amorfa con objetos industrializados como el metal y el vidrio, así como también su transformación acorde a comportamientos y actitudes, desde la presión, tensión/suspensión entre ellos”.