Tras el terremoto que golpeó a Croacia en 2020, el NMMU - Nacionalni Muzej Moderne Umjetnosti, como muchos otros edificios del país, cerró sus puertas al público para entrar en un proceso de reestructuración. En este contexto, el artista Juan Ignacio Cabruja interviene la fachada del museo con una composición lumínica y sonora que visibiliza en la epidermis de la arquitectura el proceso que atraviesa su interior. Sitio-específico tanto en términos espaciales como conceptuales, la obra se constituye como un crescendo que, a partir de un aparente fallo eléctrico, se va configurando rítmicamente en una composición armónica que interpela el contexto urbano circundante. Sonidos intermitentes que remiten a ruidos de obras arquitectónicas se propagan como ecos lejanos. El museo emite señales de vitalidad imperfecta y, negándose a resignar sus funciones, hace del error y del accidente herramientas superadoras capaces de generar una conexión íntima con la ciudad y sus habitantes.
Benedetta Casini