Tenemos el poder de elegir, sentencia con énfasis Marie Orensanz desde la austeridad de la placa de hierro. Con una tipografía sencilla y todo en minúsculas elude el principio de autoridad y se suma al paisaje urbano.
Orensanz elige este tipo de propuesta conceptual para llamar la atención del ciudadano: en el parque de la memoria de Buenos Aires con su Pensar es un hecho revolucionario, o nos sitúa Más allá del tiempo con su pequeño bosque de enormes agujas que remedan relojes de distintas épocas y lugares.
Aquí, en Tucumán, la capacidad de elegir es la que queda expuesta.
Sus trabajos invitan a detenerse e interactuar con los planos de metal para reconstruir la idea que propone con la certeza de que quien pase delante de su obra seguirá su camino con alguna de sus frases en mente.
