Inauguración: Jueves 24 de julio, 19 h Sobre la premisa de que el extractivismo ha sido una condición estructural en la conformación de los Estados nación en América Latina, la materia aparece aquí como commodity del capital, vestigio de un paisaje en ruina y archivo de una soberanía en disputa. Esta exposición reúne una serie de prácticas artísticas que abordan, desde distintas geografías y lenguajes, las huellas materiales y simbólicas de un modelo productivo basado en la explotación de recursos naturales. Las obras parten de contextos específicos, de territorios marcados por esta extracción, por los residuos que deja su economía, y por los cuerpos que resisten –o son atravesados– por esos conflictos. Señalamos la íntima relación entre la trama abstracta y arbitraria que trazan los mapas y las fronteras, y la propia constitución de los Estados. La minería, los monocultivos, los ferrocarriles o las represas no solo transforman el paisaje: funcionan como tecnologías de dominación. Formas de organizar el tiempo y el espacio y de invisibilizar a las poblaciones locales. Las obras reunidas en esta exposición retoman algunos de estos dispositivos desde una mirada crítica, poética y política. En este proceso de expansión y control, emergen también relatos sociales que reaccionan frente a los conflictos actuales, como queda evidenciado en las fotografías que retratan identidades indígenas y figuras sociales desde una estética que remite a las antiguas crónicas coloniales, precisamente cuando los Estados latinoamericanos estaban en formación.
Imagen: Alejandra Delgado, Energía Transformada, 2019.