Inauguración: Jueves 26 de junio, 16 h
Si el arte es finalmente una mercancía, sin duda resulta una de las más singulares del mercado. Como sabemos, el precio de una obra de arte no es, necesariamente, índice de su valor.
En los artefactos artísticos conviven dos realidades: lo invaluable otorgado por su valor simbólico, y el precio, otorgado por las reglas del mercado. De hecho, aludiendo a esta curiosa paradoja, el sociólogo francés Pierre Bourdieu señalaba que el mercado del arte es el “comercio de cosas que no son comerciales”. En efecto, el valor simbólico y el valor de mercado conviven en las obras de arte como dos variables que impactan la una sobre la otra, manteniendo una relación de tensión entre sí. Por otra parte, algunas de las cualidades inherentes a las obras de arte –plusvalía intelectual, potencial epistemológico, valor afectivo y placer desinteresado– no pueden ser fácilmente traducibles a categorías económicas. A través de las obras de Marta Minujín, Dabogerto Rodríguez, Alicia Herrero, Esteban Álvarez y Laura Ojeda Bär, la exposición propone explorar algunas de las aristas de esta paradoja, considerando al arte como parte del mercado y, a la vez, como un potencial oponente.
La práctica artística se entiende así como contrapráctica, es decir, como una práctica analítica y de intervención que aspira a transformar el campo del arte.
Imagen: Alicia Herrero (ARG) ACTION-INSTRUMENTS BOX, 2012