Apertura: Sábado 16 de diciembre desde las 10h
La primera Bienal de la Habana (1984) y la quinta Bienal del Caribe (2003) inscriben un rango temporal con el que se puede analizar la producción de sentido relacionada al arte contemporáneo, generada desde el Caribe y sus diásporas dentro de las propias complejidades del contexto. Estos eventos marcan una especie de escenario cronológico y cultural que sirve de base y da sentido al devenir de esta producción. A la vez, los artistas, las instituciones y los actores del sistema han dado forma a ese espacio cultural desde sus propuestas, por lo que se fue conformando un territorio cultural rico y diverso.
La exposición se enmarca en el rango cronológico 1984-2003 para mostrar la producción artística generada desde el Caribe. En ese periodo de tiempo es importante destacar las diferentes vías expresivas por las cuales los artistas han dado respuesta a sus contextos y visibilizar cómo ellos, las instituciones culturales y los eventos esporádicos que suceden desde el Caribe toman posición en torno a una necesidad de unidad, solidaridad y cohesión planteada desde el plano de lo cultural. Lejos de mostrar lo extraordinario de cada uno de estos actores culturales, el interés de la exposición es mostrar la idea de colectividad, de comunidad, y la similitud de circunstancias. Con esto no se plantea un panorama homogéneo, pero sí se resaltan las similitudes, los lugares de confluencia y los espacios de conexión en la producción cultural.
Desde el pensamiento hegemónico se apuesta a nombrar al Caribe como un espacio cultural sin posibilidad de definición por lo diverso, sin posibilidad de agrupación por lo desnivelado y siempre se apela a llamarla como una sociedad o una comunidad fragmentada, desapegada, desarraigada. Si bien es cierto que la exposición no pretende (ni puede) subsanar esas cuestiones históricamente impuestas que apelan a la fragmentación y la estructura centrípeta del Caribe, se subraya, a partir de obras y otras narrativas, una posibilidad de lectura distinta que, aunque no niegue la crisis permanente y latente, propone otros abordajes desde la producción cultural.