Las migraciones –cualquiera sea la razón coyuntural que las motive– aparecen en la actualidad como una de las situaciones que cuestionan las condiciones preestablecidas en las sociedades contemporáneas. Reza Aramesh hace de este asunto su motivo de indagación, trabajando en particular con las imágenes de los procesos migratorios actuales y sus posibles activaciones al someterlas al encuentro con otras de origen diverso. Explora los límites de la representación dentro de contextos culturales precisos, lo que lo lleva –en la búsqueda de generar un shock de sentidos– a forzar el encuentro de imágenes o dispositivos de horizontes culturales lejanos.
Este es el caso de las Silhouettes. A partir del uso de un dispositivo antiguo, procedente de las culturas orientales, como son los biombos (byobu, pantallas plegables) que con sus múltiples caras ofrecen la posibilidad de desplegar algún tipo de relato, se ensaya una versión posible a partir de la combinación de algunas imágenes.
La violencia política contemporánea se encarna en las siluetas arrodilladas que Aramesh recorta. Sobre ellas, se imprimen paisajes tomados directamente de lugares de conflicto, como Vietnam, África o Medio Oriente. Así, cada hoja del biombo presenta una silueta como punto de referencia histórica y, del otro lado, un gran paisaje utópico las integra a todas.
El biombo, diseñado originalmente para dividir espacios o darle cierta privacidad a una zona, es el recurso elegido para partir el espacio y separar los flujos de público en la sala, imponiéndoles necesariamente estar a uno u otro lado de la pieza, que se convierte entonces a la vez en límite. De esta manera, el dispositivo adquiere un gran significado simbólico dado que quien ve las Silhouettes sometidas en escenarios de conflicto no puede ver el paisaje utópico que está del otro lado, y viceversa. Se establece así una frontera entre la experiencia real y el deseo que remite de forma ineludible a la condición del migrar.